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Encuentro con la historia y la ciencia: Puerto Williams: recibió a las mujeres del Congreso

El entorno subantártico es un tesoro natural y científico, con especies de flora y fauna endémicas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. En este marco de belleza indómita y biodiversidad única, las participantes no solo podrán asistir a importantes charlas y conferencias, sino también sumergirse en la cultura local, marcada por una gastronomía que aprovecha los recursos exclusivos de la región, y disfrutar de un lugar donde la naturaleza y el conocimiento se entrelazan de manera inigualable.

Puerto Williams, ubicado en la Isla Navarino, tiene una rica historia que se remonta a los yaganes, los primeros habitantes de la región. Este pueblo indígena, conocido por su adaptación a las duras condiciones del clima patagónico, vivió en armonía con la naturaleza, desarrollando una cultura y un modo de vida únicos en la zona.

En el siglo XIX, el área también fue visitada por navegantes ingleses, entre ellos el capitán Robert Fitz Roy y el naturalista Charles Darwin, quienes exploraron la región durante el famoso viaje del HMS Beagle (1831-1836). Fitz Roy, interesado en la cartografía y la navegación, y Darwin, en su estudio de la biodiversidad, dejaron un legado importante en la comprensión científica de la Patagonia.

A mediados del siglo XX, la historia de Puerto Williams dio un giro significativo con la ocupación de la Armada de Chile, que estableció una base naval en 1953. Esta decisión fue parte de un esfuerzo por consolidar la soberanía chilena en el extremo sur del continente. Desde entonces, Puerto Williams ha crecido, convirtiéndose en un importante punto de apoyo logístico y un centro de investigación científica, mientras que la comunidad local sigue preservando su herencia cultural y las tradiciones yaganes.

El robusto programa refleja la intersección entre el periodismo, la ciencia y la divulgación, con charlas y paneles que abordan desde la importancia de la ciencia hasta el uso de herramientas periodísticas para investigaciones científicas. Entre los hitos de la jornada, destaca la visita al Parque Omora y el Museo Territorial Yagan Usi-Martín González Calderón.  Y la charla del destacado científico Ricardo Rozzi sobre bioética cultural que busca abrir un espacio de reflexión sobre los desafíos de la divulgación científica. También, las asociaciones gremiales de turismo tendrán un espacio para expresar las potencialidades y desarrollo del territorio, a través de una presentación a cargo del departamento de turismo de la Municipalidad de Cabo de Hornos.

El congreso culminará con un panel de expertos, entre los que se encuentran Andrea Obaid (Chile), Ana María Sánchez de Eskenasy (Guatemala), Gabriela Ensinck (Argentina) y Alejandra P. Santiago (Guatemala), quienes discutirán la relación entre la ciencia, la sustentabilidad y el periodismo en tiempos de redes sociales, todo bajo la moderación de Carolina Balverde (Argentina).

Territorio subantártico

Esta zona se caracteriza por tener un clima frío y ventoso, con ecosistemas únicos y una biodiversidad adaptada a condiciones extremas. El término «subantártico» implica que está cercana a la Antártica, pero no directamente en el continente helado. En el caso de Puerto Williams, ubicado a orillas del Canal Beagle, su entorno natural incluye especies endémicas de flora y fauna que no se encuentran en otras partes del mundo, lo que le otorga un valor ecológico y científico muy relevante.

El Club Micalvi: refugio de navegantes

El Contramaestre Micalvi, un antiguo buque de la Armada chilena, se ha convertido en el punto de encuentro de navegantes de todo el mundo. Ubicado cerca del canal Beagle, brinda apoyo a las embarcaciones que cruzan el Cabo de Hornos o viajan hacia la Antártica.

Conocido como «la picada más austral del mundo», ofrece internet, agua y un espacio para descansar y compartir historias de navegación. Algunos navegantes, como el inglés Magnus Day y la francesa Maëva Philbert, llegaron por poco tiempo, pero se han quedado mucho más de lo planeado, seducidos por la tranquilidad del lugar.

En temporada alta, hasta 43 veleros se amarran al Micalvi, mientras que otros permanecen allí todo el invierno. Este icónico barco, transformado en pontón en 1961, es un símbolo de los marinos que desafían los mares del sur y sigue siendo un lugar lleno de historias de navegantes.

Villa Ukika: el último refugio de la cultura Yagán

A dos kilómetros al este de Puerto Williams, Villa Ukika es un lugar tranquilo donde pequeñas casas de madera resguardan los vestigios de la ancestral cultura Yagán, los primeros habitantes de las islas más australes del mundo. Esta comunidad canoera vivió en armonía con su entorno, dedicándose a la pesca y la recolección de mariscos, en especial a través de las inmersiones en el frío mar por parte de sus mujeres.La cosmovisión Yagán, rica en mitos y tradiciones, fue gravemente afectada por las enfermedades y persecuciones introducidas por los colonizadores occidentales.

La villa está rodeada por un pequeño parque natural y tiene la costa a solo unos pasos, ofreciendo una conexión directa con la naturaleza que los Yaganes veneraban.

Entre las casas destaca Kipa Akar, un espacio donde se venden artesanías, incluyendo réplicas de los botes que sus antepasados utilizaban.

Parque Omora: Tesoro ecológico en Magallanes

El Parque Omora es un tesoro ecológico que resalta la biodiversidad y la belleza natural de Magallanes. Este parque, que forma parte de la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos, ofrece un refugio para diversas especies de flora y fauna, muchas de las cuales son endémicas. Su singular ecosistema de bosques templados y humedales no solo proporciona un espacio invaluable para la investigación científica y la educación ambiental, sino que también invita a los visitantes a explorar y conectar con la naturaleza.